lunes, 7 de enero de 2013

...tras las puertas del cielo...

Compañe@s!

Estaba sentado en el sofá descansando -invierno y ciclismo no son muy amigos- rememorando viejos momentos, concretamente la etapa del Angliru de la Vuelta 2011... cuando de repente rememoré uno de mis mejores días como Monsieur Massó, La Portals 2012 donde participó por primera vez un gran amante del ganador de aquella edición de la Vuelta, Rubén (Esparraguera).

Día frió de primavera, con algo de niebla se levantaban las 1500 almas que se reunieron en Collbató con un único fin, rodear la magnífica montaña de Monserrat. Se me caía la baba de ver tanto ciclista dispuesto a superar los poco más de 55 km que tenía aquella edición que, como cada año, varía ligeramente para mostrar al público que no solo hay una montaña espectacular, sino que hay paisajes de gran belleza por sus alrededores.

House M.D.
Tras las aglomeraciones iniciales -donde me mantuve al margen- los ciclistas salieron de Collbató para encarar la la primera de las subidas. A uno ya lo tuvieron que llevar en ambulancia, y eso que yo no hice nada porque estaba más pendiente de ver la salida del sol que de dar con mi mazo. Ese hecho me hizo no perder la concentración de lo que venía a hacer y asesté mi primer golpe a Rubén... la cadena!!! Por suerte -para él, sin consecuencias.

Primer avituallamiento. Segundo mazazo para el grupo al cuál perseguía, ¡no quedaba apenas comida! Aunque no habían transcurrido 15 km, mis mejores golpes los asesto tras largas rutas sin comida o bebida.

Algunos no querían ni almorzar...
Con el ojo puesto en la bajada, dejé escapar una pequeña ardilla que hizo zozobrar al más miedoso del grupo en los descensos. ¡Y premio para el caballeo! Una muñeca chochona, un perrito piloto y un buen tortazo. Suerte tuvo Marcos de no ir a parar bajo las ruedas de un autobús que venía en sentido contrario (el gran fallo de la organización, no cortar el tráfico, por lo menos en los puntos donde hay alternativas de paso) y de encontrar una ambulancia 200 metros abajo donde le aplicaron un "cura sana, cura sana, sino cura hoy curará mañana" -todos sabemos que lo iba a dejar de baja dos semanas. Como soy un señor -por eso lo de Monsieur, me tengo que quitar el sombrero ante la perseverancia de este muchacho, que consiguió acabar la cursa.

Tras unos quilómetros con el relentí puesto, decidí guardar el mazo por unos momentos para el grupo que perseguía y dejarles un momento de respiro y tranquilidad.


Pero la calma duró poco. Los quilómetros se acumulaban y avituallamiento tras avituallamiento mis elegidos iban llegando los últimos. Con poca comida y un sol que comenzaba a hacerse notar, algunos ciclistas no necesitaron "mi empujón" para que en Monistrol lo dejaran.

Aún quedaba mucho y tras el paso por la ribera del Llobregat, hay unas rampas que están puestas con mala intención. Ver los pies en el suelo era algo normal, y ese cambio de postura lo aprovecho para llamar a mi prima "la rampas" para que haga de las suyas. Eso sí, la recompensa tras esa tachuela era un nuevo avituallamiento (y esta vez con asistencia mecánica, punto positivo para la organización).

¡Mereció la pena!
A los que se hinchan hasta saciar su apetito para las siguientes 3 semanas, no les hice ni caso... caerán como moscas. Un tramo de respiro, por asfalto, transcurriendo por las antiguas colonias textiles de Olesa y Esparraguera, para encarar la última subida, conocida como "Els blaus" por el característico color que coge la tierra en esa zona. Cabe decir que en esta zona me puse las botas. Se oían gritos, lamentos, angustias y se veía dolor, mucho dolor. Algunos gritaban: "¡¿No tendrás unos pulpos o unas cuerdas para atarme a ti?!" a aquellos que todavía tenían un ápice de fuerza, conocedores del terreno y de lo poco que quedaba.

Mi deleite y mi gozo se desvanecieron al ver la línea de meta. Sabedor que mi trabajo no había sido en vano, no me reconfortó ver que aquellos a los que les dí con mi mazo, estaban contentos... disfrutando de un buen bocata de butifarra.

El año que viene volveré, con más fuerza y con ganas de repartir a los miembros de ACMM.

Monsieur Massó.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡¡Que bonito ese día!!!

Después de varias inclemencias y sobredosis de naranjas (a falta de plátanos) conseguimos llegar a la meta. Un servidor, cuando rompió la cadena, se vio en casa habiendo pedaleando sólo 3 o 4kms. ¡Eso sí que hubiese sido un drama!

¿¿Nos vemos en la próxima Portals??

Rubén

Marcos Sanz Ramos dijo...

No lo pongo en duda, vaya marron a los 4 km... menos mal del ciclista escoba eh¿?!!! Ahora ya sabes, crea un video explicando como usar un tronchacadenas ajajajja

el dia 14 nos tomamos uns aromes!!!

Salud!