Este es uno de los atributos que más se tiene en cuenta a la hora de salir con bicicleta de montaña. Es evidente, pues en montaña apenas hay un metro llano y es necesario apretar los dientes de vez muy a menudo.
Uno de los conceptos que debe quedar claro es que explosividad y resistencia no deben estar reñidos. Podemos tener una enorme explosividad pero sin resistencia solo aguantaremos una o dos rampas duras. La explosividad, tal como la entiendo, es un cambio brusco en el esfuerzo y que repercute en la respiración y las pulsaciones. Es aquí cuando entra en juego la resistencia, para mantener ese ritmo debe haber una base física importante (que no voy a tratar aquí y dejo a alguno de mis compañeros esa tarea).
¿Cómo entrenar la explosividad? Es una buena pregunta. La mejor manera es, como en otros deportes, realizando series. A pesar de vivir en medio de la ciudad,
tengo la fortuna de encontrarme con una tachuela digna y, un poco más lejos, con la Serra de Collserola y de Marina donde practicar este tipo de entrenamiento.
Para mejorar la explosividad prefiero trabajar sobre asfalto, pues la técnica se va adquiriendo poco a poco. El comienzo de "la temporada" siempre se hace duro pero me gusta comenzar mejorando la explosividad, ya que tienes encima algunos quilos de más y eso hace todavía más duro el esfuerzo.
Lo que hago son salidas cortas, con y sin calentamiento, así las piernas comienzan a curtirse y a recibir el dolor tanto en frío como en caliente. De este modo, el cuerpo se acostumbra a recuperar el esfuerzo en movimiento y en seco. Así, si después de una dura rampa toca un larga bajada -y el cuerpo se enfría, y te toca de nuevo sufrir, ya sabes cómo vas a reaccionar o cómo debes tomarte el inicio del esfuerzo.
Los que me conocen saben que no soy de llevar aparatitos para controlar las pulsaciones, la potencia, la cadencia y esas cosas... procuro guiarme por sensaciones y por el cuentaquilómetros. Para mi, la velocidad es un indicativo de dureza ya que conozco bien la zona donde me exijo.
En lo que se refiere a la cadencia -tan de moda desde en los últimos años- y la explosividad, tengo que reconocer que no me preocupo mucho de ello. En mi caso depende bastante del piso por el que vaya. Si se trata de asfalto prefiero ir de pie con una cadencia algo atrancada, mientras que por grava prefiero ir sentado con una cadencia media para evitar patinar y que la burra no se levante (pero esto mejor en otro apartado).
El tiempo del esfuerzo varía a lo largo del año. Es evidente que después de los turrones si te pones a tirar como un becerro, la patata puede petarte. Por eso busco al principio rampas duras y cortas o zonas llanas con una exigencia de 1 quilómetro. Poco a poco buscas más duración y más dureza. Cuando busco algún "pico de forma" (perdonadme la licencia, pero siempre he querido decir eso), las series se hacen más largas, por ejemplo en llano hago 5 quilómetros a tope y en montaña uno o dos quilómetros. Para mi es importante mezclar esfuerzos en llano y en subida, pues la musculatura trabaja de manera distinta por la posición que adoptas.
Nada más. Soy consciente que esto no le puede servir a casi nadie, pero de momento a mi me va bien.
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